Carne barata de cañón
Ignacio Cantillo Saade

——–Me voy a morir… pero aquí insisten en aplaudirme, en darme las gracias y en llamarme «héroe». ¡A ver, imbéciles, una mujer es «heroína»!

——–Mientras la mayoría están encerrados en sus casas, evitando el virus, a excepción de aquellos tarados que creen que la cuarentena es para vacacionar, yo estoy aquí, de 24 a 36 horas, en este hospital, haciendo lo que mejor sé y lo que mis capacidades me permiten para salvar vidas. No soy heroína, solo es mi trabajo, mi vocación.

——–Pero voy a morir sin tener un contrato digno, dizque por prestación de servicios, sin vacaciones, sin horas extra pagas, sin pensión… a morir sin garantías para preservar mi salud y trabajar con dignidad. ¡Voten bien!

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