Carta a un economista
Lili Wood*
Señor(a) economista
Asunto: Educación por competencias
——–La presente con el fin de solicitarle amablemente una respuesta a varias preguntas que encontrará más adelante, esto teniendo en cuenta el tema que expondré a continuación: soy una estudiante del común que a través de sus experiencias y pensamientos ha logrado llegar a una conclusión bastante triste sobre la educación actual. Si se pregunta ¿qué relación tiene usted con esto?, le puedo decir que bastante, por el solo hecho de ser economista y ser persona que integra la sociedad. Últimamente, el mundo ha estado lleno de problemas sociales, ambientales y sanitarios, como ya sabe, tantos que probablemente en un futuro la seguridad humana estará en peligro. Y, como cualquier persona, usted alguna vez tuvo que haberse preguntado: ¿Cuál es la causa de esto? Pueden ser muchas las respuestas y, en resumen, forman una ecuación que implican a la política, la tecnología, la economía, entre otras; pero, en especial, esta última tiene mucha responsabilidad con lo que está sucediendo, ya que el modelo económico que se rige actualmente en casi todo el mundo está llevando al planeta rumbo a la destrucción y, junto con él, a nosotros. Sin embargo, siempre he pensado que esta ecuación que suma culpables ha estado incompleta, le falta una parte, la educación.
——–Quizás haya escuchado hablar sobre la educación por competencias, este novedoso e increíble modelo educativo que se ha impuesto en casi todo el mundo como el que llevará a los estudiantes a contribuir a un mejor futuro, que no solo ha invadido las aulas, de colegios y universidades, sino también, la cultura; y, por ende, la vida y psiquis de las personas. Un reflejo de esto puede ser la implementación de pruebas y exámenes obligatorios que realizan los estudiantes al finalizar sus estudios académicos, por lo menos en Colombia, que, además de causar presión en ellos, clasifica los saberes como si fueran los únicos existentes. Complementariamente, expone la idea de acumulación de dinero como la única motivación para formar sociedad y ser parte de ella. Esto se lleva a cabo en materias como gestión empresarial o contabilidad que no son ofertadas en modo de libre elección a los estudiantes sino impuestas. Una consecuencia más de este arquetipo ha sido aceptar culturalmente, sin un análisis previo de lo que promueve, juegos de mesa como Monopoly que se establecen como una apuesta didáctica para la enseñanza. Asimismo, el ejemplo perfecto está en que gran parte de la sociedad, actualmente, interpreta los centros comerciales como centros culturales; excluyendo de este puesto, quizás involuntariamente, a las bibliotecas y museos.
——–Por lo que he investigado, este sistema proviene del concepto de competencia laboral, es decir, su naturaleza es totalmente economista, por esto y debido a que estamos en una época determinada por ella, la base de esta educación está regida por presiones económicas que, con el paso del tiempo, ha convertido sus métodos de aprendizaje en violencias normalizadas, pues supuestamente lo que busca es formar personas competentes para adaptarse a la sociedad y «superarse a sí mismos», incentivando la idealización de una supuesta meritocracia, pero, en realidad, lo que hace es enseñar a los estudiantes a ser competitivos, al construir una sociedad llena de oposiciones y rivalidades. Esto no se puede considerar normal, ya que se forman hábitos corrosivos que, además, se imponen fuertemente con ayuda del marketing. Lamentablemente, este modelo de educación despoja del pensamiento crítico, de la creatividad y holística de la educación al estudiante con el eslogan de «saber, saber-hacer y saber-ser», como si el conocimiento sirviera solo para realizar algunas tareas que favorecen a la economía actual y así determinar el desempeño productivo de un estudiante; terminando en un impacto psicosocial que impulsa a la supervivencia del más apto, normalizando el pensamiento consumista.
——–A partir de todo lo anterior, quisiera saber: ¿Por qué la economía cree que el conocimiento es un mercado? ¿Yo o cualquier tipo de estudiante o profesional somos clasificados como mercancía? ¿Por qué llaman «competencias» a mis destrezas, habilidades e inteligencias, cuando sabemos que estas son subjetivas en cada persona? Pues considero firmemente que el conocimiento y aprendizaje no se debería comparar para ser vendido a mercados laborales y profesionales en su propio beneficio. Pero, ¿qué piensa usted respecto a este tema? Puede que con sus conocimientos amplíe y cambie mi perspectiva o pueda ayudar a cambiar este tipo de sistema educativo en la sociedad.
——–Sin otro particular, agradezco la atención prestada y quedo atenta a su respuesta.
Cordialmente:
Lili Wood.
*(Bogotá, Colombia)
Estudiante y artista plástica.
lilistorywood79@gmail.com