Forastera en su propio cuerpo
Diana Carolina Torres Ávila*



Recorrido por un cuerpo donde la piel no es el límite.


Reseña sobre la novela:
La ciudad invencible
Fernanda Trías
Editorial Laguna
Colombia
96 páginas
2019


——–Vislumbrar el destino de la vida sobre un camino de recuerdos se vuelve una madeja de sombras imposibles de desenredar. Eso ocurre cuando son recuerdos que no han sanado o que no han terminado de germinar, llevando a esa persona a sentirse ajena de su entorno y forastera incluso en su propio cuerpo como lo presenta Fernanda Trías en la novela La ciudad invencible.

——–En apariencia la protagonista es la ciudad de Buenos Aires, destino donde se hila esa madeja impalpable de memorias; pero al proponer una característica humana para la ciudad, la autora interpela al lector para que encuentre el mapa de un recorrido por calles y lugares de un cuerpo material, espiritual y sensorial: la esencia de la protagonista de esta historia.

——–Un mapa borroso por capas de recuerdos sobre recuerdos es un regalo que la autora ofrece para emprender un recorrido fragmentario, así es la estructura de la novela. Lo cual es una estrategia acertada para presentar a la protagonista como forastera en su cuerpo, que transita por una estela de lo vivido, por ese sentimiento de que algo pasó y dejó una marca en su cuerpo que se va develando hacia un camino que Trías sugiere al tomar momentos etéreos y selectivos, recuerdos que decide avivar o acallar materializados en los espacios de una ciudad. Es un gran acierto, porque a medida que avanza la lectura se va dando forma a la relación entre un cuerpo colmado de sensaciones y pensamientos con la forma en la que este se mimetiza en el cuerpo de la ciudad, debido a todas las memorias que surgen al recorrerla y que se hacen vívidas y tangibles, dibujando el mapa de un ser humano:

——–¿Cómo nombrar las cosas? Cómo acercarse lo más posible al asunto que se quiere contar, es decir, al corazón del asunto, no a la anécdota. Porque no se puede llegar a él en línea recta; hay que merodearlo, dibujar el contorno a partir de las múltiples vueltas y los múltiples intentos, de modo que al final el asunto quede expuesto como un hombre invisible al que se le ha tirado una sábana encima (Trías, 2019).

——–Muestra de la levedad en este recorrido es lo poco que interesa preguntarse por las características físicas de la protagonista; no importa cuestionarse de qué vive, su trabajo o sus posesiones; importa solo deambular y perderse en las calles que dibujan su cuerpo real, esbozado por sus recuerdos. Es casi paralelo el mapa que la autora hace de la ciudad y la infinidad de rutas que genera a través de las descripciones de los lugares de esta ciudad: 

——–Una nueva ciudad también se construye así: merodeándola, recorriendo las calles y sus espacios hasta llenarlos de significado, hasta que esa esquina no sea más una esquina de casas a medias demolidas, con un cartel de Farmacia titilando en la noche, sino el lugar donde besé a la muchacha y casi pensé que me casaría con ella porque era linda, rebelde y estudiaba filosofía (Trías, 2019).

——–Así mismo, en La ciudad invencible lo superfluo se amalgama con lo concreto, porque la novela se desarrolla para ser un largo instante oculto en recuerdos confusos que, hasta no aclararlos, no llevarán a la acción. Fernanda Trías valiéndose de un halo de negatividad en una ciudad vieja, sumerge a la protagonista en ese momento previo a la acción, en una búsqueda de encontrarse a sí misma y de experimentar lo que ya no es para continuar la espiral de una nueva etapa en su vida: 

——–Quería hablar únicamente de Buenos Aires, no mencionar el juicio y el hecho, entre absurdo y surrealista, de que en mi heladera estuvieran pegados los teléfonos celulares de los patrulleros que hacían ronda por mi barrio. Pero no pude evitarlo, y tal vez hasta termine contando lo que ocurrió en mi casa una madrugada de abril y que tuvo como consecuencia la denuncia anónima de un vecino (Trías, 2019).

——–El trayecto inmaterial por los recuerdos en esta autoficción de Fernanda Trías es una excelente estrategia para darle forma y corporalidad a las experiencias a través de una ciudad en la que, al igual que en un cuerpo vivo que se ha habitado toda la vida, se puede ser una completa desconocida, una forastera o incluso una enemiga al no haber afrontado la necesidad de detenerse a contemplarla:

——–Yo me había resbalado en las escaleras mojadas de un antiguo conventillo y tenía un moretón negro en la cadera y buena parte del muslo; unas franjas más claras, de un gris rojizo, marcaban las junturas de las maderas. El cuerpo se marca, pensé unos días después, con mi padre muerto y yo mirándome al espejo, constatando las líneas en la piel deshidratada y sin descanso. Tenía la voz de mi padre fresca (Trías, 2019).

——–Gracias a la imagen de una ciudad como un cuerpo vivo, la protagonista puede confrontar y remover cada huella que los diversos recuerdos trastocaron en la realidad, para ser citadina de sí, aceptar lo que fue y lo que esos vestigios formaron para reconstruir y aceptar la ciudad invencible que está por emerger.


Bibliografía:

TRÍAS, F. (2019). La ciudad invencible. Colombia. Laguna.



*(Bogotá, Colombia)
Filóloga en Lengua Inglesa y
Magíster en Escrituras Creativas – Línea de poesía,
Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia.
Se desempeña como redactora y correctora de estilo.

diaca3000@hotmail.com

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